Estar en relación con la producción de una obra es una manera de conectar con lo que me pasa, como meditar, es como si dejara una parte mía en un objeto. Saco mi esqueleto y construyo uno nuevo en frente para reflejarme. Me considero una persona profunda, me gusta entender el entramado de mis pensamientos y eso es algo que se puede visualizar en la forma en la que trabajo el material; ensamblo, enrosco y tejo. Por lo tanto, producir obra para mi es una manera de conectar con lo que me pasa, me ordena.

Trabajo con alambre. Me atrae como el propio material va manifestando nuevas formas de modelarse y de adaptarse, como si fuese mi guía. Por más que planifique o estructure una escultura, las ideas se van modificando y van surgiendo mientras produzco. Me interesa de este material todas las maneras en las que se puede manipular. Siento que con el alambre puedo pintar, dibujar, crear objetos, hacer cuadros, trabajar en la dureza de las estructuras para sostener una escultura pero al mismo tiempo puedo crear una suavidad visual como la de un bordado. Su flexibilidad, resistencia y capacidad de ensamble permiten imitar texturas o tramas que suelen llamarme la atención. Es por esto que suelo recurrir a las formas orgánicas y a tonalidades más tierra ya que tomo la naturaleza como disparador de la obra que produzco. 

Actualmente estoy en una etapa de trabajo de obra más abstracta. Anteriormente estuve desarrollando obra inspirada en la naturaleza desde un lado figurativo donde tomé la imagen del árbol como punto de interés y desarrollé varias obras. Con el tiempo me empezó a llamar la atención las tramas que formaba con el alambre en estas obras, eso me llevó a observar otras plantas, corales, hojas, rocas, corriéndome de la imagen del árbol para investigar formas y tramas que me llevan a desafiarme con el alambre día a día para lograr traducirlas.  

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